Los trabajos relacionados con la contratación y la construcción implican una exposición muy alta a riesgos y pérdidas. Algunas empresas de contratación y construcción tienen escaparates que los clientes visitan, y si un cliente se lastima en su propiedad, podría ser responsable de las facturas médicas. Muchos contratistas realizan trabajos de instalación de electricidad, gabinetes, plomería, barandas, etc. Si ese trabajo causa daños físicos, el contratista puede ser considerado financieramente responsable. La responsabilidad general de los contratistas ofrece cobertura por lesiones, errores laborales, accidentes y demandas. Si alguien afirma que su negocio causó daños corporales o daños a la propiedad, y no tiene cobertura de responsabilidad general, tendría que pagar esos daños de su bolsillo. Además, la cobertura de responsabilidad general protege a la empresa contra los honorarios legales que pueden llevar a la quiebra a una pequeña empresa de construcción o contratación, como honorarios de abogados, honorarios de testigos, gastos judiciales y más. El seguro de responsabilidad general puede manejar estos gastos inesperados sin poner en peligro su capacidad para mantenerse en el negocio. La responsabilidad general de contratación cubre las reclamaciones presentadas contra la empresa y las reclamaciones presentadas contra las personas empleadas por la empresa. En última instancia, la responsabilidad general de los contratistas protege los activos del asegurado.